Entrevistamos a J.Valor Montero y Laura Llimós, autor de 'La República Pneumática' y autores de 'Barcelona Roman Steampunk'
¿Os acordáis de J.Valor Montero y la presentación que hizo de su primera novela, La República Pneumática, en un evento que iba a caballo entre una charla y una clase magistral de historia antigua? Puesa finales de marzo pude reunirme con él y Laura Llimós para profundizar más en esta novela y la serie que llevan en conjunto, Barcelona Roman Steampunk, para quedar nuevamente maravillada.
No os lo voy a negar: esta entrevista se ha hecho real gracias al archiconocido Librero del Mal, quien me puso en contacto con ambos escritores y no solo aceptaron que les hiciera cuatro preguntas sino que no les importó que les acompañara a comer al Machiroku, una taberna japonesa de Barcelona, para degustar sushi y probar por primera vez el helado de judía roja - por cierto, increíble-.
Ya aposentados en Gigamesh, otra tienda más que asidua para los lectores de por aquí, iniciaba mi repertorio de preguntas con una que me retorcía ya en la lengua desde que le oí hablar el marzo pasado: "¿De dónde surgió ese "y si..." inicial para crear la novela?" "De investigar y ver reportajes en el Canal Historia", me contestaba sin dudarlo, pues hay que recordar que el nacimiento de La República Pneumática nacía de dos interesantes premisas: "¿Y si la antigua Roma hubiera desarrollado la máquina de vapor de Heron de Alexandria? ¿Y si los trenes hubieran unido el mundo ya en el siglo III d.C.?
"Tuve que realizar una rigurosa investigación histórica para esta novela pese a que tenía una base de ciencia ficción, pero una sobre un futuro que nunca existió"
En este sentido, quise saber si para él fue un proceso difícil, puesto que no solo había de contar con plasmar correctamente el pasado, sino de imaginar un futuro que nunca existió de manera fehaciente: "Tuve que realizar una rigurosa investigación histórica para esta novela pese a que tenía una base de ciencia ficción, pero ciencia ficción sobre un futuro que nunca existió. En mis preguntas iniciales, tenía claro que el Imperio Romano se habría modernizado y evolucionado a partir de la máquina de vapor, pero también que se habría expandido hasta topar con otras culturas, como la china, tal y como queda reflejado en la historia, aunque también creo que los romanos se hubieran impuesto y hubieran romanizado cualquier cultura". No obstante, sí que constata que su mayor dificultad fue el desarrollo de los personajes, que fueran creíbles para la época pero con una base más fantástica: "Tuve muchos problemas con la voz del narrador y tuve que reescribir varias veces en primera o tercera persona. Además, me costó mucho plasmar el contenido político para que fuera interesante para los lectores pero sin escatimar en detalles."
"¿Hubo alguna dificultad con la novela?", le preguntaba seguidamente, a lo que me confesaba también que La república Pneumática fue un constante quebradero de cabeza en el aspecto técnico: "¿Qué dejaba el latín y qué no? ¿Ponía una traducción o lo dejaba como estaba? ¿Cómo me refiero al calendario romano para que se entienda?". No obstante, aseguraba que lo que más disfrutó fue "la construcción del mundo": "Lo dibujamos entero, lo dibujamos entero en planos, quería descubrirlo todo tal y como lo veía en mi mente y saber cómo sería. Es mas, tengo la teoría -casi al 99%- de que, tras la premisa del '¿y si...? hubiera sido así". No obstante, quería saber si hubo momentos para el humor o para las anécdotas, pues seguro que más de uno conoce alguna que otra costumbre romana, como la de las letrinas comunitarias (en serio, pero qué...): "Lo más raro, sin duda, fue investigar sobre las costumbres romanas, como los sacrificios, es lo que más me impactó. Con los sacrificios, además, para escribirlos te veías obligado a recrearlo con los cinco sentidos, imaginar el ruido o el olor a sangre, cómo caería la carne y gotearía por todas partes... También, el calendario romano, está repleto de festividades, tenían fiestas o celebraciones para todo".
"Creemos que es la lectura del futuro, una historia donde el lector pueda participar directamente y sentir el proceso de evolución del propio personaje. Es la narrativa aumentada."
Seguidamente, llegó el turno de hablar de Omni Series, una serie multimedia que escribe con Llimós, cuyo primer ejemplar, Barcelona Roman Steampunk, aún no he podido reseñar. "¿De dónde surge la idea?", les preguntaban nuevamente, a lo que ambos contestaban que la idea nació de los planos diseñados en 3D para La República Pneumática. "La idea era incluirnos en la novela, pero al no ser posible, surgió el ya conocido "y sí..." fuera un videojuego?"
Esta serie se sitúa en Barcelona, en un futuro muy cercano, donde los protagonistas disfrutan de un juego de rol online que aglutinan los planos de La República Pneumática. No obstante, hay un pequeño matiz, pues estamos ante una novela de realidad aumentada, que es mucho más que texto, donde el lector puede interactuar y vivir lo mismo que los personajes: "Aquí hay un mundo real y hay un videojuego de realidad alternativa. Es un libro de narrativa aumentada, pues el hilo conductor se basa un suculento juego de formatos, con imágenes, chats, correos electrónicos, animaciones, incluso el propio videojuego." Mejor aún, para leer y disfrutar de la historia, el propio lector ha de pasar por ese mismo mundo virtual mediante la descarga de una aplicación específica: "Añadimos los planos y todo lo demás que diseñamos para La República Pneumática en este libro y hacemos que el lector también la viva. La realidad está escrita, plasmada en texto, mientras que la versión virtual, cuando los personajes juegan, transcurre entre imágenes, vídeos o chats."
Ante tal impresionante panorama, pude probar los primeros capítulos en su versión para Ipad y maravillarme de las animaciones y de cómo yo misma podía crear al personaje del juego virtual con los protagonistas mediante pequeñas animaciones. "Creemos que esto es la lectura del futuro, una historia donde el lector pueda participar directamente y sentir el proceso de evolución del propio personaje. Es la narrativa aumentada", me aseguraban.
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